4.
Papá
agarra el bolso de karate
mi
hermana se larga a llorar
la
cara contra el mosquitero.
El
bolso parece de viaje
como
para ir a vivir a otro lado,
le
repito que es de karate.
Papá
atraviesa la puerta vaivén
si
hubiera mirado para atrás
estaba
la cara cuadriculada de mi hermana
que
no sabe mentir.
Los
padres de la familia
repiten
los movimientos,
la
herencia del cuerpo.
Nos preparamos con mi
hermana porque a las doce van a pasar el video de la mano azul, blue savana
song que es el puesto número uno. En el video todo el tiempo hay una mano azul
que viaja por el mundo y toca el pecho y la cara de un chico rubio. La barra de
jabón odex también es azul, saca la grasa que trae mi papá en las manos de
estar con los motores, nos pintamos las manos con odex y damos vueltas por la
manzana. Papá también trae barro y lo mete en la casa, el piso de cerámica
beige es muy delicado y deja ver el barro que tiene la forma de la suela de las
zapatillas. Barro redondeado, líneas finitas y gruesas que se desparraman como
lombrices. Corremos con las manos azules que viajan y cantan, blue savana song,
el desierto azul está cerca, hay que atravesar estas cuadras y ya llega, le
digo a mi hermana. También hay unos ángeles dorados que el chico del video se
pega en el cuerpo, ángeles bebé sobre un fondo blanco mientras el chico rubio
baila y se corona con laureles como Jesús en la cruz, pero sin sufrimiento,
todos bailan y patean hojas secas. Mientras, las manos pintan todo y ya no
queda nada que no sea azul.
Ayer Betsabet nos
pidió que vayamos al fondo, a la huerta. Que estamos ruidosos, faltando el
respeto y que necesitamos contemplar, así dijo, la naturaleza, las plantas que
crecen ante nuestros ojos. Cuando comenzamos a caminar para la huerta me acerqué
y le pregunté qué era contemplar. Observar con atención, con tanta atención que
ese mismo acto pueda templar el espíritu, volverlo manso, así dijo. No contesté
nada, entendí que tenía que mirar hasta domarme, mirar la huerta y nada más, el
crecimiento, el tiempo que pasa y así ya llega fin de año y los actos. Las
maestras se pintan los labios y dejan una marquita de beso en el cachete, se
leen palabras que nos alientan a seguir, las hermanas no participan, se quedan
al costado mirando. Me parece que tanta esperanza las abruma. Betsabet resalta
del grupo de hermanitas, nos mira ensoñada y sonríe, brillante.
(Fragmento
de La religiosa, serie en proceso)
Ph: Aaron Canipe
Silvina Bernabé
Licenciada y
Profesora en Artes (UBA). Nació en Berazategui, muy cerca de la ruta 2 y desde
chica comenzó a estudiar teatro porque se aburría en la escuela. Sueña con
viajar bien al norte en temporada de auroras boreales y pedir un deseo.
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